Pequeños Placeres
Hoy tuve un día larguísimo y lleno de pequeños placeres, de esos que hacen que la vida sea encantadora. Primero salió el sol en Floripa de una manera casi veranesca y como olvidé cerrar la ventana de mi cuarto, fui despertada al son del amanecer por un montón de cálidos rayos sobre mi cara… pequeña-gran felicidad ¡amanecer haciendo fotosíntesis!. Y es que la primavera está empezando a sentirse por todas partes. Pájaros de todas las formas se adueñan de esquinas, árboles y techos. Así esta mañana mientras entraba a la Universidad tarde (como siempre) para clase, no pude resistir parar por algunos minutos para contemplar una “elegancia con alas” tomando un placentero baño entre un charco de barro. Cuando el pequeño sujeto, embarrado hasta mas no poder, reparo mi presencia saltó a un lado del charco y pronunció un “pio” malhumorado que me hizo reír el resto de camino hasta la facultad de ciencias humanas. Por supuesto que estudiar sociología tiene sus placeres y sus maravillas, pero mi