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Mostrando postagens de janeiro, 2011

Una tarde de domingo en Lima

Lima es una ciudad de contrastes, en la que nunca llueve pero hay hermosos jardines llenos de flores de colores por todas partes. Una ciudad clavada en medio del desierto y rodeada de mar. Un lugar lleno de construcciones antiguas, enormes, grisáceas y rusticas junto a edificios modernos llenos de colores, vidrios y adornos. Un espacio donde conviven turistas de todos los colores con más de 8 millones de peruanos. Mientras recorro sus calles no puedo evitar notar un aire medio ficticio, como de querer ser algo que no es, como de parecer una mejor ciudad para los otros, como un “buen” destino turístico.  Camino sin destino, no conozco las calles, tampoco tengo un mapa, no quiero preguntarle a nadie. Deambulo dejandome llevar por un instinto de curiosidad, de asombro, de novedad. Intento evitar ser notada, ando despacio, no me detengo en ningún lugar en especial, voy mirando, escuchando, oliendo. Voy en silencio, quiero pasar desapercibida. Estoy en Miraflores, un barrio turístico

Por estos días hace ya 14 años

Mi inconsciente suele ser mucho más consciente que yo. A mi se me olvidan algunas cosas, me pasan desapercibidas otras tantas, pero mi inconsciente siempre guarda, observa, recuerda y en días como hoy me habla tan fuerte que no puedo ignorarlo. Todo empezó exactamente hace un mes mientras dormía en mi cómoda hamaca, en una calurosa noche de navidad. Estaba en la casa del llano, en Fuente De Oro, donde viven (por ahora) mis abuelos. Siempre he tenido un sueño ligero y suelo despertarme casi con cualquier sonido. Pero no fueron la ranas ni los grillos, sino mi abuelo hablando dormido, el que me sacó de mi plácido sueño. La mayoría de las cosas que decía eran inentendibles, pero una palabra era clarisima: Miller, Miller. Estaba soñando con su hijo menor, con mi tío Miller. Desperté sonriendo, me pareció bellísimo que soñara con él. Que Miller lo visitara en sueños. Que su recuerdo aún deambulara por ahí, aunque fuera en un mundo onírico. Algunos días después, el 6 de enero, mientras dor