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Solidaridad

Sí, definitivamente se van. Están terminando de sacar las últimas cositas. Eran los únicos que quedaban. Ahora solo hay migrantes.    Miledys va a darle maíz a las gallinas y vuelve a asomarse a la puerta.   En donde los pastores de la iglesia están los cubanos, en la casa de Mariela y en donde los Umaña, los haitianos ¿A quiénes le arrendarán la que están desocupando? Mejor a los cubanos que ellos sí hablan como uno, porque a los haitianos no se les entiende nada".   Siente una extraña sensación, como si la próxima en irse fuera ella. Se persigna.   Gracias virgencita por mi casita ¡De aquí no me sacan, no señor! ¿Qué tal lo que dijo Mara la de la tienda? «Doña Miledys, por qué no se va a vivir allá con su sobrina la que vive por Techos Verdes y arrienda su casa?, ahí le caben cinco, le pagan en dólares y se hace su platica».    Cierra la puerta, vuelve al solar y comienza a regar las matas.   A mi no me saca nadie de esta casa ¿arrumada allá en casa ajena, y por donde hace un ca

พบกันที่เมืองไทย - Encontrarse en Tailandia

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En el principio, cuando todos los continentes eran uno solo lo que ahora es Tailandia, Brasil y Colombia eran lo mismo, allí nacieron juntos el río Mekong, el Amazonas, el Atrato y El Tolo, después se separaron. Por eso somos casi lo mismo, pero diferentes, la razón no es de espacio, sino de tiempo. Entonces ustedes me van a decir que no, que en la Pangea no había eso de divisiones en países y que los ríos se formaron cientos de millones de años después. Pero como este es mi blog y soy como una gran y poderosa diosa que decide lo que es verdad o no en este lugar aquí, por las razones que ya les voy a contar, Tailandia, Brasil y Colombia son la misma cosa...o casi. Muy bien, empecemos por el contexto, porque ustedes deben estar pensando "¿cómo así? si aquí estábamos en lo de los privilegios y luego que las galletas de limón y los migrantes en Necoclí ¿a qué hora terminamos en Tailandia?" Me da un poco de pereza explicarles por qué un día yo estaba lo más tranquila intentando s

Privilegios

Intento hacer una lista de todos mis privilegios y salen tantos, pero tantos que me da hambre de tanto pensar. Camino un poco hasta la cocina, reviso la nevera, saco un par de frutas las pico, las mezclo con yogurt, almendras y avena y regreso a mi tarea ¿Qué hacía? Ah sí, inventariar mis privilegios. Añado a la lista: comer cuando tengo hambre, tener electricidad, poder pagar la cuenta de energía, tener una nevera. ¿Cómo clasifico las almendras? ¿Privilegio o locura? ¿Quién come almendras? ¿Por qué como almendras? ¿Debería dejar de comer almendras? Sigo con la lista: poder decidir qué comer y qué no. Me quedo un tiempo pensando si debería escribir esto como una lista o si sigo así, de corrido, e incluyo: tener tiempo libre para gastar escribiendo, saber escribir y leer, tener computador, haber tenido un computador los últimos 15 años, saber usar un computador, tener internet en la casa, tener una casa (así sea en arriendo), poder pagar el arriendo. Por ese lado se vienen tantos privil

Soledad

Vas y vienes, te quedas un poco, te vas Te quedas más y más, pero vuelves y te vas, siempre te vas Te quieres quedar, te quieres ir, no quieres llegar, no quieres salir, igual te vas Ir, venir, salir, entrar, llegar, intentar encajar, devolverse y soltar Aquí te esperan, te preguntan, te quieren, te buscan, saben que no sueles estar, pero te cuentan, te invitan, te integran y entonces... te vas Allá te reciben, te hacen parte, te piden, te cantan, te encantan y participas, juegas, bailas, comes, integras, te encuentras y entonces... te vas Y vas y vienes y vienes y te vas Aquí se quedan, siguen, se integran, se divierten, se acompañan, se enrumban, se hacen parte, se encuentran, tú no estás. Allá se quedan y juegan, aprenden, se hermanan, se juntan, hacen planes, se llenan de mar, y tú tampoco estás. Vas y vienes, te quedas un poco más, pero te vas. Llegas y no es igual. No aquí, no allá.  Es como si la vida pasara allá mientras estás acá Y vas corriendo y vives allá, pero la vida se v

La Butaca Mágica

Para alguien como yo que cada mañana se levanta con la cabeza cargada de millones de historias enmarañadas, complejas y reales, es difícil despertar teniendo claro quién o qué soy, donde, cómo o cuándo estoy y entender qué o cuál es el mundo “real” que hay a mi alrededor. Si por casualidad uno anda cambiando de cama, de casa, de ciudad, de país cada cierto tiempo entonces la cosa se complica terriblemente. Proust comenzando “En busca del tiempo perdido” dice que - “Cuando un hombre está durmiendo tiene en torno a él, como un aro, el hilo de las horas, el orden de los años y de los mundos. Al despertarse, los consulta instintivamente y, en un segundo, lee el lugar de la Tierra en que se halla, el tiempo que ha transcurrido hasta su despertar, pero estas ordenaciones pueden confundirse y quebrarse”. Las personas se confunden si despiertan un fin de semana temprano en la mañana, tal vez un domingo, y por algunos instantes al abrir los ojos creen tener que salir corriendo para un nuevo día

Contar historias

Adoro contar historias, describir los detalles, pensar la mejor manera de contarlas, de comenzar. Hago historias dentro de otras historias con nuevas partes, anexos y insights. Sueño con historias increíbles que llenarían páginas de libros y en pocos años armarios de bibliotecas. Abrí este blog para guardar historias, para contarlas, para inventarlas y compartirlas, pero desde hace un tiempo las historias, los cuentos, los detalles, las novedades me atropellan diariamente y salen corriendo... no consigo alcanzarlas ni para pedirles por lo menos un relato, un comentario, nada. Tantas historias, parajes, lugares, personas, situaciones, furias, alegrías, cosas increíbles, días normales, aprehendizajes, personajes...y yo resolví (tal vez no conscientemente) parar de escribir y de contar esas historias aquí. No por voluntad propia o por egoísmo, en realidad no se bien por qué, tal vez porque me cansé del pasaje obligatorio de todo por el filtro de la razón. Bien decía Hannah Aren

A Felicidade?

Você trabalha e economiza um dinheiro trabalhando alguns anos para pagar as passagens. Se mata escrevendo um projeto decente (ou indecente) e estudando para passar num mestrado lá no sul do continente. Sai do país deixando atrás quase tudo e carrega suas malas, seus sonhos e suas energias rumo a outra vida. Passa três anos estudando, aprendendo e desaprendendo outra língua, assistindo aulas malucas de sociologia e ciência política, dormindo entre livros, xerox e PDFs chatos. Passa dias falando, até no café da manhã (!), de autores reconhecidos e desconhecidos. Filosofa, pensa, discute, escreve, lê, sai para festa, dança, aprende, esquece, vai para praia, reinventa uma rotina, acomoda-se, curte. Inventa um tema de pesquisa. Lê tudo, absolutamente tudo sobre o tema, corre atrás de livros de autores, de pesquisas, lê em inglês, em francês, e quase em qualquer outra língua... Empolga-se... Sai viajando para fazer trabalho de campo. E faz um campo legal, consegue alg