El milagro de la renovación
No es que haya una gran diferencia entre el día que la tierra termina de dar su vuelta completa al rededor del sol, y comienza el día siguiente en el que vuelve a empezar su eterno giro. Normalmente hasta le sobran seis horas en ese proceso, y ya estamos tan acostumbramos a ignorarlas por tres años consecutivos, que nos da lo mismo. Para la tierra sería un día común, casi como cualquier otro, como un 28 de mayo o un 9 de diciembre, para ella sólo son diferentes cuatro días del año: los solsticios y los equinoccios, el resto le son casi indiferentes. Pero el hombre necesita contar, dividir y organizar el tiempo para vivir, para ser, para existir con los otros. Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, estaciones, años. Uno después de otro, siempre marcando un inicio y un final, pero esencialmente trayendo el efecto de la renovación y manteniendo la esperanza. Es un efecto psicológico, gastamos todas nuestra energías, nuestras promesas, nuestros planes en esos cortos la