Balcones
Jugando entre techos, casas y colgajos solitarios, llenos de gente y a veces olvidados. Amarillos, verdes, rojos, blancos, negros o morados Con lindas barandas, de madera de hierro o de barro. Mirando siempre desde arriba a la calle, a la playa, a la ciudad viva Espiando a quienes pasan sin deparar su estadía. A veces llenos de ropa, con sillas, con sombrillas. Sucios, viejos, torcidos, caídos, sin vida. Parceros del viento, del sol y de la llovizna. Inmutables a aguaceros, a furiosas ventiscas. Esbeltos, altos, brillantes, nuevos, con cortinas. vigilantes silenciosos de las aceras y de las vías. Balcones con historias, con poesía y con rimas pequeños o enormes, siempre me sacan mi mejor sonrisa. Me encantan los pequeñitos que parecen no tener salida los que guardan bicicletas, hamacas, materas florecidas. Los que miran a las montañas, a la playas, a las olas embravecidas, cuando el sol alumbra paralelo a sus rendijas. Adoro los que tienen vitrales, velas y faroles los q