Entre la obsolescencia, la obsolescencia programada y mi subversión obsoleta

Obsolescencia:

Usted trabaja, trabaja y trabaja. Ahorra un poco de plata y por fin se compra un computador portátil. El suyo, completamente propio. Aquel aparato maravilloso con un súper disco duro en el que le caben todas las películas de cartelera, todos los discos, todos los archivos. Un grandioso equipo con mejor memoria que el archivo nacional, con la pantalla brillante, todos los programas que usted necesita y también los que no necesita y hasta otros que ni conoce. La fabrica además le ha instalado la última versión del sistema operativo y le ha regalado 3 meses de actualización de un poderoso antivirus. Usted sale feliz, con su nuevo juguete que le va a facilitar la vida, y al final con todos esos accesorios ¿salió barato no?.

Pues bien, el aparato se le porta a las mil maravillas por 3 meses y en ese momento caduca la licencia del antivirus. Usted baja una versión pirata de otro antivirus y se mantiene actualizándolo y actualizándolo. Pero después de algunos meses, quizás un año de intercambiar archivos, de compartir películas y música de poner una que otra memoria USB y SD y otras más, su máquina maravillosa se llena de virus y no enciende bien, se bloquea, se demora en apagar, se apaga solo...¡Chanfle!.

Usted pierde una que otra información importante, pero consigue formatear su computador, le compra un buen antivirus y vuelve a tener su juguetico casi como nuevo. Pero esta vez usted aprendió la lección. Hace Back Up de todo. Trata el mundo de la informática como al de la sexualidad moderna, piensa que cualquiera puede tener un virus auto-inmune feroz que puede atentar contra la vida de su computador. Warm, Troyano, sífilis, gonorrea, SIDA, para usted todo es lo mismo. Cualquier memoria pudo haber tenido contacto con un equipo infectado y no introduce nada en su equipo a menos que sepa su origen y aún así lo desinfecta hasta con cloro, antes de atreverse a abrirlo.

Deja de compartir sus archivos con los otros y prefiere abstenerse antes de exponerse ante un virus que acabe con su vida...perdón con la vida de su computador. Por precaución instala dos tipos de antivirus, un spyware y hasta un policía para que le vigile la cosa. Y aunque gasta su tiempo, su paciencia y su energía en cuidarse, en protegerse, finalmente aprende a vivir “seguro” entre esta peligrosa inseguridad. 

Obsolescencia programada: 

Y mientras su vida transcurre “protegidamente”, de repente un día cualquiera a su equipo no le dan más actualizaciones. La maravillosa empresa que fabrica su sistema operativo ha decidido que su computador es muy viejo y no merece ser actualizado. ¿Qué?, pues si como lo oye, ya no puede actualizar nada, ni el navegador de internet, ni el controlador de la red inalambrica, ni el acelerador de imagen, ni Oficce, mejor dicho nada de nada. Pero bueno ¿qué tan grave puede ser? Si se ve un poco feo y aquella plantilla bonita no se deja instalar, pero bueno se puede trabajar ¿no?. Ahí usted descubre que no puede abrir los documentos de word que sus compañeros le envían, ni puede escuchar su música en el reproductor que le gusta y como si fuera poco no puede conectarse a internet sino solo con un cable y aún así el bendito computador se le bloquea, le molesta y le saca la piedra.

Así vil y tristemente, usted se ha dado cuenta que su computador es obsoleto y que necesita actualizar su sistema operativo o si no, no va a poder hacer nada. ¿Qué tan caro puede ser? Legalmente unos 800 palos, piratamente unos 200 o 300 palos y bajado de internet se instala a medias y un millón de cosas no funcionan bien. Tal vez sea mejor comprar un equipo nuevo ¿ya han pasado 4 o cinco años no? Pues si, lo que usted necesita es un computador nuevo, una super machine con una cámara de cine incluida, la memoria del archivo de Roma, con la pantalla sensible que no necesite usar el teclado ni el mousse, un computador del tamaño de un libro que le quepa entre el bolsillo... si, si, lo que usted necesita es trabajar, trabajar y trabajar, ahorrar un poco de plata y comprarse un computador nuevo. 

Mi subversión obsoleta 

Pues si señoras y señores, yo hice exactamente eso, pero justo en el momento en que estaba lanzando mi pedazo de chatarra por la ventana, tuve un lapsus de malestar pseudo ecológico-político. Pero si el Hardware esta buenecito y ¿a dónde irá a parar mi chatarrita? ¿a llenar los basureros? ¿y no tiene un montón de mercurio y litio y otros productos que no se degradan y contaminan peligrosamente el agua? ¿Y voy a pagarle de nuevo a esa “pobre” empresa que decidió sacar mi chatarrita del mercado con el único objetivo de obligarme a comprar una nueva? ¿Y cuántas personas más están haciendo justo lo mismo?.

Entonces como caído del cielo llego UBUNTU, una de las tantas versiones de sistema operativo de Linux. El “milagro” software libre caía como bendición divina para salvar mi pseudo “coherencia” ecológico-política y mi bolsillo. Lo instalé sin pensarlo dos veces, pero con poca esperanza. A la larga ¿Quién usa linux? Sólo los servidores de Computadores para Educar que nadie sabe manejar y los portátiles de los ingenieros de sistemas desempleados ¿no?

La primera semana con UBUNTU fue una tortura, aunque mi computador encendía mucho más rápido y en general todo era un poco más efectivo, me perdía, no encontraba ni mis archivos, ni los programas, no entendía nada de nada y además con LINUX no había Word, no Corel, ni Windows Media Player, ni Nero...me pareció feo, oscuro, sin brillantes ni detalles, sin sonidos bacanos y sin mis programas favoritos ¡que tragedia!.

Me costó casi un mes librarme de las malas mañas a las que Windows me había programado pero ¿qué importa que se vea lindo y brillante si se bloquea, se demora, disminuye la capacidad del computador y lo peor de todo, cuesta y mucho? ¿Quién dijo que es mejor tener un computador que se ve todo bonitico, con programas caros que dependen directamente de Microsoft para cualquier cosa?. Ubuntu es efectivo, va a lo que va, no gasta la vida ni la energía de mi PC en apariencia y performance y sí en hacer que todo funcione de la mejor manera, sin mucho esfuerzo. Como es un software libre todos los manuales, foros y demás están online y siempre hay millones de personas usando UBUNTU que quieren compartir sus saberes y experiencias. Es cierto que no hay Office pero hay OpenOffice y que no hay Corel, pero hay Inkscape, no hay Nero pero hay Kb3 y bueno hay un montonón de programas más, todos libres, que hacen maravillas, como organizar mi bibligrafía, ayudarme a traducir en fin...

Con UBUNTU mi chatarrita tuvo una vida y una dignidad nueva, no le hacía basura al mundo y me cambió la visión de la informática de la peligrosa sexualidad moderna para el amor libre de los 60s. Todo es posible de compartirse, de entregarse, de intercambiarse, de regalarse. Información libre para todos, así como amor libre para todos. No más antivirus, ni restricciones, ni mediaciones. Todo libre. ¿Por qué carambas duré tanto tiempo con Windows?.

Pero justo en el momento en que usted cree que va haciendo una pequeña revolución con dignidad, cuando cree que esta subvirtiendo el “sistema”, cuando su malestar ecológico-político se ha vuelto todo un orgullo... justo ahí cuando usted le está echando flores a su “chatarrita libre”, la pantalla deja de funcionar. Si, si, si. Así como si nada la imagen se va y no vuelve nunca más. Puede ser muy bacancito UBUNTU pero ¡La pantalla no sirve!.

 - Es un daño muy común en estos equipos – dice el técnico

- Es mejor comprar un equipo nuevo – dicen los amigos – ya esta viejita tu chatarrita ¿no?

Maldita obsolescencia programada. No quiero comprar un computador nuevo, no quiero hacerle más basura al mundo. No quiero pagarle a Gates, más dinero por que a él se le da la gana que le pague. Quiero mi chatarrita, a la larga le he cogido cariño y tiene dignidad y yo también ¡PORRA!.

Entonces usted busca una pantalla de segunda, un técnico de primera (en el bajo mundo de la informática), se arma de buena fe, de una buena dosis de orgullo y dignidad, le reza a Santa Maria de los computadores Bon-bril, le pone velas al Dios de los restauradores de computadores y espera que la chatarrita tenga unos meses y con suerte unos años más de vida útil y especialmente hace oídos sordos a todos aquellos que le dicen una y otra vez que es el momento de comprar un computador nuevo.