2013

Veinte días después, pero aún año nuevo. Al frente un camino naciente para recorrer. Otra vez la magia de la renovación, de la reinvención. Empezar el año riendo, queriendo, sintiendo, siendo. Es bueno cambiar el rumbo, hacer que los nuevos días realmente tengan un espíritu diferente. No se trata de cambiar de trabajo, de ciudad, de paisaje, de vida. Se trata de renovar lo ánimos, las ganas, los propósitos, las intensiones y de hacerse un año nuevo por dentro... lo de afuera viene por añadidura.

Somos los que escogemos, lo que decidimos, lo que queremos y especialmente lo que damos, Cultura Profética ya lo cantó “no eres lo que tienes, solo eres lo que das”. A cada tiempo vamos dando y vamos siendo. Renovarse y empezar de nuevo comienza por dar y entregar nuevas cosas, nuevas energías para afuera, para el otro, para los otros, para el mundo y como canta Drexler “cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da, nada es más simple no hay otra norma nada se pierde todo se transforma”.

Empezar un año nuevo con un "alto astral" comienza por dar y entregar exactamente eso que queremos recibir.

Yo quiero sorpresas, cariño, sonrisas, nuevos paisajes, más días de sol, mas farra, música nueva, mucha locura, aprehendizajes, enseñanzas, baile mucho baile, menos vida académica y más vida real, reencuentros, recuerdos, más juego y más vino. Quiero andar, inventar, escribir, crear. Quiero actuar dos veces antes de pensar y caerme y equivocarme algunas veces. Quiero un poco de calma y mucha energía. Quiero más montañas, más bicicleta, más besos, más abrazos, más cariños. Quiero una buena dosis de humildad y un poco de decisión para decir no de vez en vez. Quiero sentirme parte, quiero un proceso, quiero hacer sentido, quiero nuevos sentidos.

Así que aquí voy mi querido 2013 soltando exactamente lo que quiero que me traigas, que de des. Mi año nuevo empieza con un espíritu renovado y un montón de nuevas intensiones, todo emanando desde adentro, a la espera que lo de afuera solo venga por añadidura.