Floripa a ilha da magia

Floripa Floripa, ilha da magia, lugar encantador sin dudas, lleno de sorpresas y misterios. Su magia mana desde los lugares más ordinarios hasta los más inauditos. Territorio de brujas y brujos, de personajes místicos, expertos en el arte del encantamiento cuyos trucos, conjuros y sortilegios hechizan a cualquiera dispuesto a embriagarse en su licor exquisito. Resistirse, ilusorio. Caer rendido a sus pies, ineludible.

De nuevo, yo completamente enamorada, otro lugar que me atrapa con su elixir. ¿Cómo resistirse a la belleza, la magia y los encantos de esta isla? Floripa es bella, bellísima y su buena energía se mece al ritmo del viento del sur y de las sonrisas, conversaciones, miradas y abrazos de algunas de las personas que por ella deambulan. A veces cuando camino por los alrededores de la universidad o por las playas y calles de esta ciudad, no puedo dejar de suspirar y sonreír con complicidad, como entendiendo lo que el susurro del viento del sur anda diciendo o lo que el Boitatá pasa advirtiendo.

Sentirme conectada a este lugar, a su magia y a sus encantos, ocurre casi siempre desde que llegué aquí por primera vez y es evidente casi a diario. Sin embargo, a veces el lazo se rompe, entro en un camino empedrado, no hay susurros ni advertencias sutiles, mis pasos no coinciden con el de aquellos brujos y brujas seductores llenos de palabras cautivadoras y Florianópolis pierde su magia, su esencia, su brillo.

Ya he perdido el camino miles de veces, lo cual no quiere decir que exista solo un sendero adecuado o que a veces perderse no sea tal vez lo único seguro. Pero aquí y ahora es tan tangible y certero el cauce, que cuando me siento fuera suyo, la ciudad entera se apaga. ¿No es eso realmente Magia? Una isla, una ciudad, los ojos de las personas, el sentido de las palabras, el arrullo del viento y todo, TODO hablándome y mostrándome el camino. ¡Ay Floripa! ¿Cómo no enamorarse perdidamente de ti?